Liderazgo y gerencia piramidal
Es curioso observar como algunas empresas que cambian de equipo directivo y reprochan a sus anteriores gestores llevar unos modelos demasiado jerarquizados (piramidales), terminan por eliminar los sujetos causantes de llevar a cabo políticas de “ordeno y mando”, para renovar la cúpula con promesas de nuevos horizontes, y nuevas oportunidades para todos.
Obviamente, en estos casos, al cabo del año y tras colocar a piezas clave en el organigrama de la nueva dirección, los síntomas de Liderazgo y Gerencia Piramidal reaparecen, con el explosivo efecto de minar la moral de los trabajadores y por lo tanto, bajar el rendimiento.
Son muchos los empresarios y gerentes que aún no han entendido que lo que en su día funcionaba por razones que pertenecen a la historia, hoy en día no debe de ir enfocado a la idea control = inseguridad (miedo). Deberíamos formar equipos que contribuyan con acciones basadas en la responsabilidad de cada individuo para con su propio equipo.
No deja de ser anecdótico que, métodos aplicados hace mucho tiempo en el mundo del deporte y admirados por los fans y adictos a ese universo tan apasionante, pasen inadvertidos en el mundo de la empresa.
El efecto Pigmalión, basado en el mito, nos señala que las expectativas que le trasmitimos a una persona con el trato que le damos afectan a sus expectativas sobre sí misma y por tanto a su rendimiento.
Para ello debemos aprender a potenciar las capacidades que nuestros colaboradores tienen, saben, pueden y quieren hacer, y no fundamentarnos “en lo que no pueden hacer”.
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