Recuperar la motivación perdida en el trabajo

“En busca de la Motivación Perdida”, puede sonar a título de película de aventuras, pero la realidad es que recuperar la motivación en el trabajo tiene poco de aventura y mucho de sentido común ya que lo primero que se suele hacer es dejar de mimar nuestra autoestima y olvidamos que:

Disfrutar con el trabajo es hallar la fuente de la juventud.

Pearl Buck Escritora Estadounidense y Premio Nobel de Literatura.

El personal desmotivado de una empresa, emite señales casi siempre inconscientemente y a modo de sirena silenciosa que nos avisa sobre el malestar y sentir. En principio  son aquellos empleados que se sienten poco o nada valorados, a menudo por una clara falta de reconocimiento. Realizan su trabajo, visiblemente, pero ya no es lo mismo. Cuando la falta de motivación es una señal que crece en intensidad por momentos, ésta termina por causar bastantes problemas a corto y medio plazo. Particularmente preocupante es el hecho de que cuando mejores tiempos regresen, estos empleados abandonarán la empresa. Como señales evidentes que “detectan” al empleado desmotivado, podríamos destacar las siguientes:

Señales de Falta de Motivación

Los nuevos proyectos, ya no les motivan, los ejecutan sin mediar palabra

El proceso y lenguaje de comunicación cambia en los empleados desmotivados. Realizan las tareas sin más, casi mecánicamente, porque saben que “tienen” que hacerlas, no porque “quieran” y deseen hacerlo. Esto marcaría una línea muy sutil entre acatar y  comprometerse.

Asienten y expresan un sí a casi todo, no exponen sus dudas, expectativas o posible malestar.

Respetar las órdenes sin proponer nuevas formas de realizar las tareas, sin resaltar otros modos de hacer el trabajo de manera más eficiente. No se involucran, por lo que .trabajan, pero sin la implicación espontánea que los convertía antes en unos trabajadores excelentes. Ahora, simplemente, son buenos trabajadores.

Contagian su malestar y transmiten su negatividad al resto de compañeros

Los empleados con una baja motivación, crean trabas, pero no tienen la suficiente iniciativa para plantear soluciones que provoquen la conclusión de la situación. Plantean problemas y críticas, pero no suelen aportar soluciones.

Los niveles de  productividad descienden con moderación, son prácticamente imperceptibles.

A veces la dirección de la empresa (que no sabe siempre como actuar) olvida que hubo un tiempo, en el que estos trabajadores, eran como el motor de la empresa o área de trabajo. En cuanto a los empleados, creen que su forma de actuar es coherente con sus pensamientos, así que siguen actuando de la misma manera, pero sin dar el máximo de sí mismos.

¡Están ahí!, siempre presentes, pero emocionalmente alejados de la realidad.

La falta de motivación no tiene por qué favorecer el absentismo, en realidad, no es un problema con este tipo de empleados. No suelen faltar. Sin embargo, la gran ausente suele ser la falta de compromiso con la empresa. El absentismo en este caso es más de tipo emocional.

Medidas de choque

  • La dirección o gerencia de la empresa debe actuar de inmediato, ya que necesitará conocer de primera mano: cuál es el grado de desmotivación y si corresponde a una sola persona, a varias o a una mayoría del personal. Hay que tener en cuenta que la falta de actuación en este tipo de situaciones o la postergación, solo empeora o agrava los acontecimientos.
  • Si tienes mando en la empresa debes estar muy atento a estas señales de falta de motivación: apatía cansancio, aburrimiento, mal carácter, malas respuestas, cambios de humor repentinos y bruscos…Hacer frente a estas dificultades no es fácil y suele generar desgaste en la persona que busca solucionar el problema. Si vemos que se nos puede ir de las manos, antes de intervenir y a modo preventivo, es recomendable pedir ayuda interna si hay alguna persona cualificada y no implicada en el asunto. De no ser así, una buena ayuda externa puede ser a través del Coaching, o la Psicología Positiva y una ventaja a favor es que las conclusiones son objetivas al no ser parte implícita.
  • Si eres empleado o trabajas solo y detectas estas señales en ti mismo/a, puedes empezar por motivarte día a día, no sólo cuando las cosas no van del todo bien, sino también, cuando todo esté aparentemente perfecto, tal y como se supone que a ti te gusta. Puedes hacer un plan especial cualquier día de la semana, disfruta de lo que ya tienes y date un buen homenaje.
  • Inicia tu día con pensamientos positivos (agradables). Y finalízalo con los recuerdos de los mejores momentos de la jornada. Vive tus lunes con energía y los viernes con la satisfacción de saber que se aproxima el fin de semana.

Conclusión: Motivar a los empleados, no es algo que dependa al cien por cien de tu propia voluntad, pero la “Automotivación” sí es responsabilidad de cada persona y es ahí por donde si puedes iniciar tu programa de ayuda.

Inteligencia es lo que usas cuando no sabes qué hacer.

Jean Piaget (1896-1980) Filósofo y psicólogo suizo.

Charles Caper

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